La tasa de rebote es uno de los parámetros objetivos (KPI) que suelen traer de cabeza a los profesionales de marketing y, a veces, obsesionar en exceso a los responsables de las empresas a las que afecta. En este post vamos a repasar el concepto de tasa de rebote, cómo interpretarla de forma correcta y cómo mejorarla.
En resumen, se trata de la visita de un usuario a una página web y que no pasa de la visualización de un apartado. ¡Entra y se marcha como el rayo!
¿Sencillo, verdad? Quizás no tanto. Veamos algún ejemplo:
Ambas son tasas de rebote y se contabilizan como tal, pero compararlas carece de sentido. A primera vista, parece que el rebote en portada es más relevante que el de la entrada de blog, ya que leer un contenido y marcharse al terminar es algo normal, aunque acceder a una página de inicio y no hacer una segunda interacción es raro. Puede ser, pero aun así es subjetivo. Vemos el siguiente ejemplo.
Ejemplo 2. Misma web que la anterior, mismos apartados, pero diferente comportamiento:
Reflexión: el porcentaje de rebote es una métrica que sin otros datos complementarios no aporta información analítica útil para la toma de decisiones. Por eso, es muy importante configurar de forma correcta la medición de esta métrica y apoyarnos en otros parámetros que nos ayuden a valorar nuestra tasa de rebote.
La tasa de rebote media se sitúa entre el 40 % y el 60 %, aunque varía de manera significativa según el sector de la empresa, el formato de la web y el origen del tráfico. No es lo mismo una página corporativa que un e-commerce o una web de un cerrajero de urgencias que un bufete de abogados. También es distinta una página web comercial con tráfico procedente de una campaña de Google Ads (tráfico caliente) que una web informativa con tráfico orgánico.
¿Esto implica que si mi web presenta una tasa de rebote inferior al 60 % es normal y por debajo del 40 % es buena? En términos estadísticos SI, en la realidad del negocio NO tiene porque.
No existe una fórmula mágica para ello y es un concepto al que afectan numerosos aspectos de la estrategia, pero estos son algunos puntos clave:
1. Configura de forma correcta esta métrica en Google Analytics o el sistema de medición que utilices. Para esto, detecta aquellos comportamientos que, a pesar de considerarse de rebote, en la realidad no lo son para ti. Por ejemplo:
Una vez tengas identificados todos los casos que no deben contabilizarse, configura Google Analytics para que considere dichos eventos como interacciones y no formen parte de la tasa de rebote. Es algo sencillo de hacer, pero siempre puedes consultar a Google o a ChatGPT si tienes dudas.
2. Apóyate en otras métricas que te ayuden a entender mejor la tasa de rebote, evaluar la importancia de la misma y detectar las fuentes y apartados que más afectan. Por ejemplo:
3. Utiliza herramientas complementarias que aporten los datos de Google Analytics para enriquecer la información y detectar posibles errores y potenciales mejoras:
Y hasta aquí nuestro granito de arena con el fin de entender bien el funcionamiento de la tasa de rebote en una web y cómo mejorarla para conseguir nuestros objetivos.
No somos la consultora de marketing digital que te deja con un informe y un «buena suerte». Definimos estrategias accionables que entiendes y que transforman tu negocio. Y lo hacemos con programas de trabajo intensivos y estructurados. ¿Son para ti? Descúbrelo.